Se conoce que muchos mayordomos y directores de fincas se gradúan en escuelas de servicio privado pero tienen muchos problemas para encontrar puestos de trabajo. No creo que se trate de que las economías vayan a la baja y que nadie contrate estos servicios. E incluso si esto fuera cierto, sólo el mencionar ese aspecto no va a ayudar a aquellos en busca de trabajo. ¿Se supone que tienen que cambiar el curso de la economía para poder ser contratados? Esta alternativa tiene tanto sentido como la siguiente: sentarse en cualquier sitio y abandonarse; esta opción es tan eficaz y placentera como enviar currículums al vacío.
Mientras puede que haya aspectos individuales que explican, en algunos casos, las dificultades para encontrar un puesto, uno de los matices que más se repiten es la falta de experiencia. Los jefes potenciales están en contra de formar en el puesto de trabajo. Otros temen que el nuevo mayordomo se dé cuenta, tras solamente unos meses en el puesto, de que no ha nacido para tal trabajo.
¿Cómo se puede salir de este complicado callejón sin salida?
Mi sugerencia es que las escuelas y academias de servicio privado ofrezcan, tras la formación, contratos de aprendizaje (y/o practicas). Los titulados recibirían habitación y pensión, un estipendio y, más importante todavía, la experiencia necesaria y posibilidad de mejorar sus currículums para impresionar y agradar a los futuros jefes potenciales. A cambio de tomar al graduado bajo sus alas, el mayordomo o director del hogar tendrá ayuda para servir a sus jefes con un coste bajo para su jefe; y el jefe tendrá un par de manos extras a bordo sin costarle un gran desembolso. Las escuelas podrían cargar una pequeña cantidad por este servicio pero ofrecerlo como un valor añadido para sus graduados a la vez que toman responsabilidad por la profesión y su propia reputación. The Australian Butler School también ofrecen estas posibilidades. Me gustaría ver esto aplicado a todos los titulados de escuelas y academias que se lo merezcan.
El verdadero reto reside en crear una red de mayordomos, directores de hogar y jefes que quieran participar, pero todo apunta a que son tipos de relaciones en las que todos salen ganando. ¡Puede que si todos los futuros estudiantes y alumnos actuales pidiesen este servicio se desarrollase para bien de todos los implicados!
Sugiero que aquellos de ustedes que estén trabajando en el servicio privado actualmente y consideran que pueden acoger a un graduado bajo sus alas, se pongan en contacto con la escuela a la que estén afiliados y elaboren juntos un programa para beneficio de ambos.
Enero de 2005